Por su naturaleza, valores, principios y características, el cooperativismo es una alternativa eficaz para el desarrollo sostenible de las comunidades, y contribuye en forma directa y participativa en el mejoramiento de la calidad de vida de los pueblos. En particular, en el campo de la vivienda, ha permitido lograr sustantivos avances, especialmente en lo que refiere al hábitat de los sectores de menores ingresos.
Las cooperativas nos hemos comprometido a cumplir con la Agenda del Milenio, a ser consecuentes con la idea que los recursos son finitos y que el ambiente es el legado que dejamos a nuestros hijos.
Como constructores de viviendas no estamos de acuerdo con que la ciudad se maneje como un gran mercado de oportunidades. Defendemos el acceso equitativo, la utilización democrática del espacio, y la participación comprometida y activa del Estado como regulador y promotor del derecho a una vivienda y hábitat dignos.
Defendemos asimismo la concepción de la vivienda y el hábitat dignos y el acceso al suelo urbanizado como una cuestión de derechos, y su consideración como tal y no como una mercancía objeto de especulación financiera, y sostenemos la necesidad de des mercantilizarlos.
En particular, entendemos de gran importancia propiciar la aceptación, formalización y desarrollo de distintas formas de tenencia, que sean adecuadas a las diversas circunstancias de los destinatarios y a la legislación de cada país, superando el concepto reduccionista que la única válida es la propiedad privada individual y exclusiva. El cooperativismo, especialmente, tiene muchos ejemplos exitosos para aportar en esta búsqueda de nuevos caminos, como el derecho de uso y goce.
Estamos convencidos asimismo de la importancia de la consideración de la dimensión de género en los problemas de la vivienda y el hábitat, así como de la atención preferente de los problemas de los jóvenes, personas de la tercera edad, personas en situación de pobreza, población rural, etc., y de la defensa irrestricta de la no discriminación por ningún concepto.
Estos y otros conceptos contenidos en las declaraciones y resoluciones de ACI y en particular del Seminario sobre Vivienda de Montevideo 2016, así como los principios rectores del cooperativismo, son los lineamientos que guían nuestro trabajo y los ejes alrededor de los cuales se articula la Red.
Esa herramienta, en la que incluimos no sólo a los que adoptan formalmente la denominación “cooperativa” sino también a otros que, en la región, bajo distintos nombres, comparten las mismas ideas solidarias y la misma metodología, puede fortalecerse considerablemente a través de la unión de los esfuerzos que se realizan en los diferentes países, el conocimiento de sus experiencias y el intercambio de sus conocimientos.
Por ello, en el Seminario sobre Vivienda realizado como parte de la IV Cumbre de Cooperativas de las Américas, que se llevó a cabo en Montevideo en noviembre de 2016, se resolvió por parte de las entidades participantes la conformación de una Red de Vivienda a nivel de las Américas, encargando a los representantes uruguayos en dicho evento, como huéspedes de la reunión, dar los pasos necesarios para efectivizar dicha conformación.
Esta Red tiene interés y objetivos en sí misma, pero además puede constituirse, a más largo plazo, en la base para conformar el Comité de Vivienda de Cooperativas de las Américas. El hecho trascendente que en la IV Cumbre por primera vez se haya llevado a cabo un Taller sobre Vivienda, de dos días de duración, con importante participación, y que en el mismo se haya llegado a consensuar importantes conclusiones, ha sido un importante motivador para crear estas instancias, que permitirán fortalecer y profundizar los intercambios de experiencias en el tema de las distintas organizaciones nucleadas en ACI.